Monseñor Francisco Ozoria afirma que fue suspendido por “mala administración” del patrimonio diocesano

Santo Domingo.– El arzobispo metropolitano de Santo Domingo, monseñor Francisco Ozoria Acosta, aseguró que su suspensión por parte de la Santa Sede se debió a una supuesta “mala administración” del patrimonio diocesano, en los ámbitos económicos, financieros y de gestión del personal eclesiástico.

En una carta dirigida a sus allegados, Ozoria indicó que “nunca se me amonestó o advirtió”, y explicó que la suspensión entra en vigor desde la toma de posesión canónica del nuevo arzobispo coadjutor recientemente nombrado.

“Según esto, a mí me han dejado solo el título de Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo. Lo que menos me ha gustado, los títulos”, expresó el prelado.

El propio arzobispo Ozoria detalló que el nuevo arzobispo coadjutor posee facultades especiales exclusivas para la administración del patrimonio diocesano, cuestiones económicas y financieras, así como la gestión del clero y del personal eclesiástico.

A pesar de la medida, Ozoria manifestó que mantendrá la titularidad del cargo, aunque sin potestad de gobierno. En su carta, el religioso expresó sentirse “contento y feliz” con su servicio pastoral, el cual ha ejercido durante 47 años como sacerdote y 28 como obispo.

“He servido a la Iglesia en fidelidad y obediencia… Acepto con obediencia la decisión de la Iglesia. Yo me debo a la Iglesia, amo la Iglesia y obedezco a la Iglesia”, señaló.

El arzobispo recordó las palabras de su mentor, monseñor Jesús María de Jesús Moya: “El obispo debe tener vocación de mártir”, y añadió que, a lo largo de su carrera, ha procurado servir con humildad y sencillez.

Asimismo, Ozoria aseguró que durante una visita de cortesía, el cardenal Marc Ouellet le mencionó que “tenía muchos enemigos”, algo que el propio arzobispo ahora reconoce: “Han vencido los enemigos”.

Pese a las circunstancias, monseñor Francisco Ozoria concluyó reafirmando su compromiso con la fe y su obediencia a la Santa Sede:

“En mi oficio de enseñar y santificar, tengo la satisfacción del deber cumplido. Dios es fiel y conoce mi conciencia. Ahí están los resultados”.