COMUNICACIÓN DEL INSTITUTO LEONARDO DA VINCI LLEGA TARDE Y SIN EXPLICACIONES SOBRE MUERTE DE LA NIÑA STEPHORA JOSEPH RAPHAEL

Santiago.– El Instituto Leonardo Da Vinci emitió este sábado una comunicación oficial en la que expresa sus condolencias por la muerte de la niña Stephora Joseph Raphael, fallecida durante una excursión escolar el pasado 14 de noviembre, más de dos semanas después del hecho y sin ofrecer información sobre las circunstancias del accidente que ha conmocionado al país.

En la misiva, el centro educativo lamenta el fallecimiento de la estudiante y afirma que su partida “ha dejado una huella profunda e indeleble en cada uno de nosotros”.

Sin embargo, el comunicado evita responder las preguntas esenciales que tanto la opinión pública como la familia han exigido desde el día de la tragedia.

Un comunicado sin explicaciones, detalles ni responsabilidades

Pese a que han transcurrido 15 días desde el hecho, el documento del colegio no explica qué ocurrió durante la excursión, no aclara qué medidas se tomaron en el momento de la emergencia, y tampoco menciona acciones de acompañamiento directo a la familia más allá de una referencia general al “departamento de orientación y psicología”.

La ausencia de datos concretos deja en el aire interrogantes claves sobre los protocolos de seguridad aplicados, la cantidad de supervisores y adultos responsables que acompañaban al grupo.

Además muchos se preguntan ¿Quién autorizó la actividad y si hubo una evaluación previa de riesgos?

Las acciones tomadas inmediatamente después del accidente, las posibles fallas logísticas o negligencias.

En un contexto donde la ciudadanía exige respuestas, el comunicado se limita a expresar condolencias y hablar de valores institucionales, sin un solo detalle que permita entender cómo, por qué y en qué condiciones falleció una estudiante que estaba bajo su cuidado.

Un mensaje que luce más a control de daños que a acto de transparencia

Resulta aún más doloroso —para la familia, para la comunidad educativa y para el país— que tras 15 días de silencio, el Instituto Leonardo Da Vinci se presente con un comunicado que parece más un ejercicio de relaciones públicas que un acto de responsabilidad.

El texto utiliza un discurso que intenta revestirse de solemnidad institucional, describiendo lo ocurrido como un “lamentable accidente”, casi como si se tratara de un hecho fortuito, inevitable, o producto del destino.

La comunicación está redactada con evidente cuidado para no mencionar ningún dato que pueda comprometer al centro, evitando toda autocrítica y toda referencia a fallas, responsabilidades, decisiones o posibles negligencias.

No aparece siquiera un compromiso explícito de investigar, tampoco se informa si hubo separación preventiva del personal involucrado, revisión de protocolos o apertura de un proceso interno independiente.

El comunicado no reconoce la existencia de falencias, ni siquiera la posibilidad de que las hubiera, lo que el colegio calla, pero debe responder