Cuando los corruptos piden listas: el cinismo como doctrina política
Cuando los corruptos piden listas: el cinismo como doctrina política
“Sé que fuiste tú”, dice el culpable.
—Joaquín Sabina.
En la República Dominicana hemos llegado al punto más grotesco de la política: los ladrones reclamando moral, los corruptos exigiendo transparencia y los saqueadores pidiendo auditorías ajenas, “es el mundo al revés”.
El conejo llamándole orejón al burro, las palomas disparando a las escopetas y el culpable señalando al inocente.
El Partido de la Liberación Dominicana (PLD), junto a su desprendimiento la Fuerza del Pueblo (FUPU), rompió todos los récords imaginables de corrupción, estableciendo lo que bien podría llamarse un Récord Guinness del saqueo institucional,
en apenas dos décadas, fabricaron millonarios en serie, muchos de los cuales llegaron al poder sin saber qué era una cuenta bancaria, sin poder pagar un almuerzo en la UASD, estudiando con libros prestados y folletos del economato,
compartiendo una colilla de cigarrillo entre cuatro y transportándose en carros del concho y guaguas destartaladas.
No conocían el whisky de 21 años.
Vivían en barrios marginados.
No conocían el whisky de 21 años.
No sabían de vinos finos, champagne ni tequila.
Solo tomaban “lava gallo” y ron barato. El poder lo cambió todo.
De repente, restaurantes exclusivos se convirtieron en extensiones del Palacio Nacional, las cuentas oficiales alcanzaban los 200 y 300 mil pesos por noche, los hijos estudiaban en universidades de élite en Europa y Estados Unidos,
aparecieron las cuentas millonarias en pesos y dólares, los cargos diplomáticos, las mansiones, los yates, las nuevas esposas y las amantes importadas. Todo esto sin que jamás resistieran una auditoría visual, mucho menos una financiera.
Durante los 20 años de gobierno del PLD, la corrupción le costó al país más de 200 mil millones de pesos anuales, con ese dinero se pudieron construir hospitales, escuelas, carreteras,
puentes y sistemas de agua potable dignos, en cambio, se construyó una oligarquía política parasitaria.
Por eso resulta un descaro, un insulto a la inteligencia y una falta de respeto al pueblo dominicano que ahora esos mismos actores exijan a doña Milagros Ortiz Bosch una “lista de funcionarios corruptos” del gobierno del PRM.
Primero: Doña Milagros no es policía, ni fiscal, ni jueza, segundo ella no investiga, no acusa ni condena y tercero su función es ética preventiva, no persecución penal.
Milagros Ortiz Bosch es, guste o no, una reserva moral del país, una mujer cuya honestidad no está en discusión. Pedirle listas es un acto de mala fe o de ignorancia jurídica deliberada.
Si quieren listas, diríjanse a quienes sí las manejan: a la procuradora general Yeni Berenice Reynoso y al procurador adjunto Wilson Camacho.
Pero incluso ahí hay un problema: nadie ha sido condenado todavía, ningún expediente ha adquirido autoridad de cosa juzgada. En un Estado de Derecho, todo ciudadano es inocente hasta que se demuestre lo contrario.
Ahora bien, como los expedientes de corrupción del PLD y la FUPU son ampliamente conocidos, no sería mala idea que ellos mismos envíen su lista al Ministerio Público y a los medios de comunicación.
Un intercambio de listas: la del PRM, la del PLD y la de la FUPU.
Sería un espectáculo imperdible.
Digno de transmitirse en horario estelar con Julissa Céspedes, Nuria, Alicia Ortega Investiga o Panorama.
Aunque el resultado es predecible:
Leonel Fernández y Danilo Medina ganarían por goleada, porque fueron ellos quienes rompieron el corruptómetro de todos los tiempos.
Ahí están los hitos históricos del saqueo:
• Sun Land, el robo del siglo
•Funglode, cuerpo del delito
Peaje Sombra, una estafa monumental
• Odebrecht, sobornos a políticos, jueces, fiscales, legisladores y periodistas
• Los escáneres de la JCE, 30 millones de dólares lanzados a un zafacón
• Túneles y elevados sobrevaluados hasta en un 30%
No hubo una sola gran obra que no estuviera inflada.
Tampoco fue casual que todos los procuradores generales fueran militantes del partido morado. El sistema de justicia fue secuestrado para convertirse en un búnker de protección política.
Esa es la verdad. Dura, incómoda, pero verdad.
Posdata necesaria: No niego que en este gobierno exista corrupción, sería ingenuo hacerlo, el caso de SeNasa es una señal preocupante.
Pero hay una diferencia sustancial: en este gobierno los funcionarios son enviados a la justicia. Aquí no hay intocables, no hay vacas sagradas.
Luis Abinader podrá tener amigos.
Pero, hasta ahora, no tiene cómplices.
Y eso, en un país acostumbrado a la impunidad, ya es una revolución.

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