El salto que viene en la IA generativa: recrear el mundo físico

Hasta ahora, cuando pensamos en inteligencia artificial generativa, lo primero que nos viene a la mente son textos creados por ChatGPT, imágenes de MidJourney o videos generados en segundos. Pero lo que se acerca va mucho más allá: la próxima gran ola de la IA buscará recrear el mundo físico.
Esto significa que los nuevos modelos no solo escribirán o dibujarán, sino que serán capaces de simular cómo funciona la realidad: desde cómo fluye el agua, hasta cómo se comporta un edificio durante un terremoto, o cómo reacciona un medicamento dentro del cuerpo humano.
Imagina, por ejemplo:
Medicina: crear órganos virtuales para probar tratamientos personalizados sin necesidad de cirugías ni ensayos invasivos.
Industria y construcción: predecir cómo responderá una estructura a un huracán o un puente al paso constante de vehículos.
Cambio climático: recrear con más precisión el impacto de fenómenos naturales para tomar mejores decisiones.
La clave de esta evolución está en que los modelos de IA dejarán de trabajar solo con palabras e imágenes, y empezarán a integrar las leyes de la física, la química y la biología. En lugar de inventar escenarios, podrán recrearlos basados en cómo funciona realmente el mundo.
Claro, también hay preguntas abiertas: ¿qué pasa si estas simulaciones se usan con fines negativos? ¿Cómo asegurarnos de que los modelos no se equivoquen al representar la realidad?
Lo que está claro es que estamos frente a un cambio profundo. La primera ola de la IA generativa revolucionó la comunicación y la creatividad; la próxima promete revolucionar la ciencia, la ingeniería y nuestra manera de entender la naturaleza.