EE.UU. retomará “visitas vecinales” para evaluar solicitudes de ciudadanía bajo nuevas medidas de Trump

El gobierno de Donald Trump reactivará una práctica que llevaba más de tres décadas en desuso: las llamadas “visitas vecinales” como parte del proceso de naturalización, con el objetivo de reforzar los filtros para conceder la ciudadanía estadounidense.
Según un memorando interno de USCIS (Oficina de Ciudadanía e Inmigración), los oficiales podrán realizar investigaciones presenciales en comunidades, entrevistando a vecinos, empleadores y compañeros de trabajo de quienes soliciten la ciudadanía, con el fin de verificar si cumplen con los requisitos legales: “buen carácter moral”, apego a la Constitución y disposición a mantener el orden y bienestar del país.
La medida elimina una dispensa general vigente desde 1991, cuando estas visitas dejaron de aplicarse por considerarse poco eficaces y muy costosas. Desde entonces, el proceso se sustentaba en verificaciones de antecedentes realizadas principalmente por el FBI.
En ese orden, el nuevo lineamiento instruye a los solicitantes a presentar de forma proactiva cartas de recomendación de personas de su entorno, para evitar requerimientos adicionales. De no hacerlo, podrían enfrentar una visita vecinal que influya en la decisión final sobre su elegibilidad para la ciudadanía.
La administración Trump defendió el cambio como un paso necesario contra el fraude y para “endurecer” un sistema migratorio que, según sostiene, fue demasiado flexible bajo gobiernos demócratas. El director de USCIS, Joe Edlow, aseguró que la medida “garantiza que solo los solicitantes más calificados reciban la ciudadanía estadounidense”.
Sin embargo, organizaciones proinmigrantes y exfuncionarios advierten que esta política podría tener un efecto intimidatorio en las comunidades, desalentando a muchos residentes legales a iniciar el proceso de naturalización.
Finalmente, Doris Meissner, excomisionada del extinto Servicio de Inmigración y Naturalización (INS), señaló que estas revisiones ya habían sido descartadas en los años 90 porque “pocas veces aportaban información útil” y se consideran un procedimiento anacrónico frente a los controles de seguridad actuales