Personas mayores entre 60 y 85 años mantienen interés en vivir su sexualidad, según estudio

En una sociedad donde la juventud suele ser el centro de las conversaciones sobre sexualidad, un reciente estudio ha puesto sobre la mesa una realidad muchas veces ignorada: las personas mayores de entre 60 y 85 años mantienen un marcado interés por vivir su sexualidad de forma activa y plena.
Lejos de lo que dictan los prejuicios, la sexualidad no desaparece con la edad. Lo que cambia es la forma de vivirla. La intimidad emocional, la complicidad, el deseo y la necesidad de contacto físico siguen presentes, pero adaptados a nuevas realidades físicas, sociales y personales.
Este hallazgo representa un desafío importante para la sociedad actual. Todavía existen tabúes y estigmas que invisibilizan la vida sexual en la vejez, como si el deseo tuviera fecha de vencimiento. Esta visión limita no solo la expresión individual, sino también el acceso a una adecuada educación sexual para personas mayores, la atención médica específica y el respeto a su intimidad.
Reconocer la sexualidad en esta etapa de la vida es también reconocer derechos: el derecho a la autonomía, al placer, a la compañía y al bienestar emocional. Las políticas públicas, el sistema de salud y la cultura deben evolucionar para incluir a los adultos mayores en este diálogo, sin paternalismos ni silencios impuestos.
En definitiva, la sexualidad no tiene edad, y hablar de ella sin prejuicios es un paso esencial hacia una sociedad más inclusiva, sana y humana.