SIP denuncia creciente hostilidad contra el periodismo impulsada por discursos oficiales

Punta Cana, R.D.- La 81ª Asamblea General de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) denuncia creciente hostilidad, con una advertencia contundente, la libertad de prensa se deteriora en el continente en medio de un clima de creciente hostilidad hacia el periodismo, alentado desde los más altos niveles del poder político.
El informe final, la SIP denuncia asesinatos, encarcelamientos, exilios forzados y acoso judicial contra periodistas. Así como censura y sanciones económicas a medios en varios países de la región. Sin embargo, la SIP destacó fallos judiciales en Costa Rica y Colombia que refuerzan el derecho a la información y reconocen los ataques a periodistas como agresiones directas contra la democracia.
La SIP documentó un incremento de los ataques verbales contra la prensa por parte de mandatarios y funcionarios públicos.
En Argentina, el presidente Javier Milei ha llegado a cerrar sus mensajes sobre periodistas en la red X con la frase “no odiamos lo suficiente a los periodistas”. Esto es un símbolo del clima de hostilidad que enfrentan los comunicadores.
Asimismo, en Colombia, el presidente Gustavo Petro continúa estigmatizando a medios y reporteros, asociándolos con prácticas mafiosas. También en Costa Rica y Ecuador, los discursos oficiales mantienen un tono ofensivo hacia la prensa.
“Lo que ocurre en Washington repercute en toda América”
Durante la apertura de la Asamblea, el presidente de la SIP, José Roberto Dutriz, subrayó el impacto continental de la situación institucional que atraviesan los Estados Unidos.
“No se trata solo de ataques a periódicos o cadenas televisivas; SIP denuncia creciente hostilidad y un debilitamiento del sistema democrático más influyente del hemisferio. Y lo que ocurre en Washington, no nos engañemos, repercute en toda América”, advirtió.
Violencia, persecución y censura
El documento de la SIP registra asesinatos de periodistas en Honduras y Perú, multas desproporcionadas y sanciones contra medios en Bolivia, y demandas judiciales en Panamá que amenazan la viabilidad económica de las empresas periodísticas.
En El Salvador, el hostigamiento del presidente Nayib Bukele ha obligado al exilio a 40 periodistas en los últimos seis meses, mientras que en Haití, la inseguridad generalizada también empuja a comunicadores a abandonar el país.
En Cuba, la vigilancia, el seguimiento y la intimidación física y digital son prácticas constantes.
Guatemala, Nicaragua y Venezuela mantienen a numerosos periodistas encarcelados o desaparecidos, entre ellos José Rubén Zamora, Irving Guerrero, Leo Cárcamo y Elsbeth D’Anda.
En Brasil y México, el acoso judicial se consolida como una forma de censura cada vez más frecuente. La creciente hostilidad denunciada por SIP es reflejo de este fenómeno.
En Costa Rica, dos fallos recientes de la Sala Constitucional fortalecen el acceso a la información pública y la libertad de emitir críticas.
En Colombia, la Corte Suprema de Justicia dictó una sentencia histórica que reconoce los crímenes contra periodistas como ataques a la libertad de prensa y a la democracia, no como homicidios comunes.